miércoles, 2 de enero de 2019

Mis manos en las sombras no estuvieron vacías, tejieron mil ensueños con formas, versos y melodías. Las ansias esperaron y en horas sombrías venían las melancolías que las experiencias me dejaron. Aun así los días me enseñaron que el dolor no es duradero ni la dicha es eterna, me mostraron que el amor es verdadero y es el único camino hacia la paz interna. La vida moderna dejará de estar vacía si transformamos la tristeza en alegría, en un mundo de prójimos, tu felicidad también es la mía.

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