Lo que juzgamos ser obvio, casi nunca lo es en verdad.
Lo que juzgamos ser verdad, casi nunca lo es en absoluto.
Lo que juzgamos ser absoluto, casi nunca lo es para siempre.
Lo que juzgamos ser para siempre, casi nunca va mas allá de mañana.
Lo que juzgamos ser hasta mañana, casi nunca llega hasta allá de hecho.
Cuando juzgamos, casi siempre lo hacemos con nuestros sentimientos y sin tener
conocimiento de todo el contexto.
Nos falta comprender lo que es la transitoriedad de la vida. Por eso, la gran mayoría de las veces, erramos.
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