Aprendí que no importe lo que pase, o cuán malo puede parecer el día de hoy, la vida continúa, y mañana será mejor.
Aprendí que se puede decir mucho sobre una persona a partir de la manera en que maneja estas tres situaciones: un día lluvioso, equipaje perdido, y luces navideñas enredadas.
Aprendí que sin importar la relación que tengas con tus padres, los extrañarás cuando ya no estén en tu vida.
Aprendí que "algo de que vivir" no es lo mismo que "vivir".
Aprendí que a veces la vida te da segundas oportunidades.
Aprendí que no hay que ir por la vida con guantes de béisbol en ambas manos, tienes que aprender a tirar algunas cosas.
Aprendí que cuando decido algo con un corazón abierto, casi siempre tomo la decisión correcta.
Aprendí que incluso cuando siento molestias, yo no tengo que ser una.
Aprendí que todos los días deberías acercarte y tocar a alguien. La gente ama un cálido abrazo, o simplemente una palmada amistosa en la espalda.
Aprendí que aún tengo mucho por aprender.
Aprendí que las personas olvidarán lo que dijiste, olvidarán lo que hiciste, pero las personas nunca olvidarán cómo las hiciste sentir.
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