...Perder un hijo es morir y tener la obligación de vivir,
es mirar sin ver, hablar con desdén, escuchar pero no oír, es sonreír vacía por dentro...es un dolor tan grande, tan lacerante, que a veces duele todo el cuerpo, duele los sueños y las ganas, duelen las lágrimas caídas y el llanto ahogado.
...es decir que uno está bien, sin siquiera pensarlo; porque a pesar de esa pérdida uno debe seguir saludando, siendo políticamente correcto, hay que limpiar, trabajar, cambiar las sábanas de las camas, MENOS LAS DE ESE HIJO QUE YA NO ESTÁ...la muerte de un hijo, te mata lentamente, es el castigo menos pensado y la sorpresa más dura del mundo.
...todo lo cotidiano es más difícil de hacer, la rutina pesa toneladas y la muerte te mira de frente sabiendo que ya no le temes...
Esto es algo de lo que se siente cuando un hijo cruza el puente antes que uno...
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