Abre la puerta, hay un mundo afuera que espera por ti.
No estés asustado, no temas, no te escondas...
Puede un problema hacer que
sientas debilidad o te deje sin fuerzas pero si sigues caminando sin mirar
atrás, un día sorprendido verás que aquello que te hizo daño y te quebró el
alma en algún momento, cuando gires la cabeza, se habrá convertido en un punto
diminuto.
Prioriza, amigo... Prioriza...
Perdemos la vida muchas veces
invirtiendo nuestro tiempo en cuestiones que no son importantes.
Mira a tu alrededor...
¿Qué tienes? ¿Qué es lo
más importante para ti hoy?
No es egoísmo ponerse en el primer
lugar, pues si nosotros no logramos estar bien, nada lo estará.
Somos como una cascada, y nuestro
caudal debe ser potente a veces, otras intermitente, y a veces lento muy lento.
Pensemos qué agua estamos
vertiendo sobre todo aquello que forma parte de nuestro mundo. Si estamos
contaminados, vamos a contaminar todo a nuestro paso... Si estamos cristalinos
y limpios tocaremos todo y lo limpiaremos y como una cascada depositaremos los
residuos en el fondo para que el tiempo poco a poco los haga desaparecer...
La cascada no pierde su tiempo en
los desechos, al contrario renueva el agua, la purifica y sigue... sigue...
Si logramos en la vida llevar lo
mejor de nosotros a los demás, si aprendemos a priorizar y solo nos preocupamos
por lo que realmente es valioso para nosotros, si dejamos que la luz se
refracte en el agua y nos muestre un arco iris nos daremos cuenta que somos los
protagonistas principales de nuestra historia y que en cada uno está la clave
para vivir mejor y para regalarnos un arco iris en el alma cuando así lo
deseemos.
Abre la puerta...
Si decidimos quedarnos encerrados
en un problema, en un disgusto, en una pena solo veremos los desechos en el
fondo y nos estaremos perdiendo la oportunidad de renovar el agua y alejarnos
del dolor, de la angustia, y del resentimiento.
Abre la puerta...
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